Las cabinas identifican al usuario y garantizan la custodia y selección del material para reparar los aviones y de los equipos de protección.
Tras una primera incursión en el ámbito sanitario, la compañía mierense Eureka, centrada originariamente en el mundo del «autovending» -las máquinas expendedoras que tradicionalmente sirven alimentos y bebidas-, ha dado el salto al mundo de la aeronáutica. La empresa ha cerrado contratos con la compañía aérea Air Nostrum y con la firma de fabricación de aviones civiles Airbus para instalar en sus hangares «taquillas inteligentes» donde guardar las cajas con las que reparan las aeronaves y los equipos de protección personal.
El sistema es, aparentemente, sencillo. Se trata de un equipo dividido en dos módulos. Por un lado, las taquillas, y por el otro, un módulo de control con un sistema de identificación y control del equipo con pantalla táctil. El usuario, en este caso los técnicos de las empresas de aviación, se identifica con un lector de huellas dactilares y, una vez reconocido el usuario, la máquina le asigna una de las taquillas numeradas. Así, en la pantalla aparecerá el material al que tiene acceso, además de la información sobre el producto y un icono de «extraer». Tras hacer «click» se abre la taquilla que la máquina le ha asignado para sacar el material.
Ramón Menéndez, director comercial de la firma, explicó que «lo más destacado es que es la propia ‘taquilla inteligente’ la que lleva el control de absolutamente todo, quién se lleva el material, que en este caso es bastante delicado, pero también de otras cuestiones, como incidencias o fallos».
Pero el trabajo de Eureka no se queda aquí, sino que su departamento de I+D «está continuamente trabajando en nuevas ideas, de hecho gastamos una parte muy importante de nuestro presupuesto en desarrollo, además sin contar con ningún tipo de subvención». Y es que el mundo de la aeronáutica no es el único que surca la compañía, que también acaba de cerrar un acuerdo con la firma portuguesa Tabaqueira, que pertenece a la multinacional Philip Morris, para la instalación de un sistema de entrega y control de suministros industriales. En este caso, las máquinas distribuidoras se asemejan más a las de «autovending», que ya han sido colocadas en empresas mineras para distribuir autorescatadores. El negocio de los mierenses también ha salido fuera de la península ibérica, con una presencia destacada en países latinoamericanos como Chile, Perú o Ecuador. Tampoco olvida a las compañías establecidas en la comarca, como es el caso de Thyssenkrupp. En este momento, Eureka está en el proceso de oferta un sistema de «taquillas inteligentes», similar al de las empresas de aeronáutica, pero adaptado a la entrega de taladros. En este caso, la propia taquilla se encargaría, incluso, de recargar estas herramientas para que siempre estén listas cuando uno de los trabajadores las necesita. También, en el caso de que haya algún problema con la herramienta -necesite reparación, no funciones o precise revisarse-, la máquina bloquearía esta herramienta hasta que pueda volver a ser utilizada.
Fuente: La Nueva España.
19 de marzo de 2018