Una compañía mierense innova en el campo del «autovending» con una máquina similar a la de las bebidas que distribuye equipos de protección individual en fábricas y minas. 

La compañía mierense Eureka ha revolucionado el mundo del «autovending», las máquinas expendedoras que tradicionalmente sirven alimentos y bebidas, subiéndolas a un nuevo nivel, el de la distribución de equipos de protección individual (EPI) en industrias y minas. En vez de chocolatinas y refrescos sirven gafas de seguridad o mascarillas, sin necesidad de personal y con control de quien coge el material. Un camino que iniciaron hace ya cuatro años y que les ha llevado a implantar hasta cinco equipos en Mina Teniente (Chile), la mina subterránea más grande del planeta.

Las máquinas ya se han instalado en plantas de Thyssenkrupp y en la mayor mina del mundo, en Chile.

Todo este trabajo es fruto del esfuerzo en I+D que lleva a cabo la empresa mierense. RamónMenéndez, director comercial de la firma, asegura que «el 90 por ciento de nuestros beneficios son para I+D». Menéndez calcula que esta inversión roza los 100.000 euros anuales. De este modo, han conseguido colocar alrededor de sesenta máquinas expendedoras de EPI tanto en Chile como en España, aunque también tienen proyecto de introducirse en los mercados de Perú, Brasil y Portugal.

En España también cuentan con importantes clientes, como es el caso de Thyssenkrupp, que ha instalado sus máquinas tanto en la planta de Thyssenkrupp Norte en Mieres, como en la factoría de Lamincer que tienen en Bilbao.

La firma es pionera a nivel mundial en la implantación de este tipo de máquinas. «Ya habíamos llevado a cabo proyectos singulares, como el desarrollo de máquinas con control nutricional y detectamos que la industria tenía un hueco que podíamos cubrir», explica Ramón Menéndez. La idea era reconvertir las tradicionales máquinas de «autovending » para que pudieran expedir guantes, gafas y mascarillas, pero también otros elementos de uso industrial, como discos de corte o brocas. A todo eso, la firma le sumó que la empresa pudiera tener un control sobre lo que se sacaba de la máquina identificando al trabajador que debe utilizar un tarjeta para sacar el material de la máquina, que a su vez registra todos los movimientos. «Tenemos comprobado que esta instalación hace que las empresas ahorren, como mínimo, un 20 por ciento en este tipo de suministros», señala el director comercial de Eureka, asegurando que «la máquina tiene un software que modificamos al gusto de la compañía para seleccionar cuántas veces un mismo trabajador puede sacar un producto, y por supuesto los datos sobre cuándo los sacó». Eso sí, la máquina no permite devolver los productos, aunque la firma tiene preparado un software de almacén que controla entradas y salidas para aquellos productos que no caben en la máquina parte de las empresas, y también cumplimos a rajatabla la ley de prevención de riesgos laborales».

 La firma, de tipo familiar y que no llega a la decena de trabajadores, se ha ocupado de todo, «incluso del software, y además nos adaptamos al cliente, que es el que nos ayuda a evolucionar en las máquinas». Otro aspecto que hace que la empresa destaque es «el ajustado precio del producto» según los responsables de la compañía. «Una de las máquinas de última generación puede salir por 187 euros mensuales en régimen de renting que amortizan en sesenta meses», destaca Menéndez.

 Tras la industria, esta empresa ha puesto sus miras ahora en la sanidad con el establecimiento de máquinas de control en hospitales, botiquines hospitalarios, farmacias y parafarmacias. «En estos casos, ocurre algo muy similar a lo de los equipos de protección individual, con lo que supondrán un ahorro de dinero importante», destaca Menéndez.

Tampoco dejan de lado la distribución de alimentos. En este caso, la compañía planea una evolución de las máquinas que distribuyen productos cárnicos. «Nuestro objetivo es implementarlas con una pantalla interactiva que ofrece información sobre el producto que vas a adquirir e, incluso, te da recetas», asegura Ramón Menéndez, señalando que, «también se podrá hacer pedidos, ya que nuestras máquinas están conectadas a internet».

Fuente: La Nueva España.

 25 de marzo de 2014